Qué suerte teneros aquí y qué suerte haberos conocido y poder compartir este tiempo de vida con vosotros.

Parece que fue ayer cuando llegasteis a mi vida, al Centro, a la vida de todos. Tan asustados, unos como otros. Tan nuevo todo sin saber cómo tratarlos, cómo hablaros ni cómo reaccionar a vuestros impulsos.

Pero, paso a paso, todo se ha ido solucionando con amor, con paciencia, observando y aprendiendo.

Habéis cambiado y progresado muchísimo, cada uno en vuestro mundo, en nuestro mundo. Sabéis saludar y pedir lo que queréis, sabéis moveros por el Instituto para ir a la clase que os corresponde y os habéis integrado... y todo gracias a Helena y Mª del Mar, a vuestras profes y a todos vuestros compañeros que os aceptan, os quieren y os ayudan.

Quiero seguir teniendo mis buenos días de cuatro maneras distintas con achuchones, con risas, con besos, con babas... quiero seguir oyendo vuestras voces todas las mañanas. 

Gracias por ser, gracias por estar, GRACIAS A TODOS.